Algunas personas creen firmemente que sólo el dinero puede hacer dinero. ¡Esto no es cierto! Solamente el deseo transformado en su equivalente monetario mediante la aplicación de ciertos principios es el “agente” mediador con el que de verdad se hace dinero. El dinero, en sí mismo, no es nada más que materia inerte. No puede moverse, pensar o hablar, pero puede “oír” cuando un hombre que lo desea le llama.