Los buenos oficiales guían mediante el ejemplo y se aseguran que sus tropas estén bien atendidas antes de atender sus propias necesidades. Cuando tratas a los demás respetuosamente y nunca pides a alguien más que haga algo que tú mismo no estés dispuesto a hacer, te ganas el respeto de los demás sin forzar esa acción. Pero no puedes esperar que los demás continúen marchando hasta que les salgan ampollas en los pies mientras tú te transportas cómodamente en un jeep. Guiar a los demás significa que debes estar dispuesto a ir más allá de ti mismo de lo que les puedes exigir a los demás.