Nadie es flojo por naturaleza. Nuestra naturaleza humana nos lleva a la actividad a menos de que estemos enfermos y cuando eso pasa, una señal segura de que empezamos a recuperarnos de una enfermedad es el deseo de levantarnos para ponernos activos y volver al trabajo para hacer algo, cualquier cosa. La inactividad conduce al aburrimiento y el aburrimiento lleva a la “pereza”. Por el contrario, la actividad conduce a la búsqueda de intereses y esto a su vez conduce al entusiasmo y la ambición. W. Clement Stone a menudo decía: “Las emociones no están siempre sujetas a la razón, sino a la acción!” Determina en lo que eres mejor y lo que te gustaría hacer, y luego desarrolla un ardiente deseo de ser el mejor en eso que elegiste. Sólo es cuestión de que lo pongas en acción.