La vida de Helen Keller es un ejemplo sobresaliente del triunfo del espíritu humano sobre la discapacidad física. Aún hoy, décadas después de su muerte, su vida se erige como un faro de esperanza para aquellos que constantemente tienen que luchar con muchos esfuerzos para realizar tareas sencillas que para la mayoría de nosotros son de rutina. Cada vez que sientas que el destino ha sido cruel contigo, todo lo que debes hacer es mirar a tu alrededor y comenzarás a apreciar lo afortunado que eres. Asegúrate de que tu plan de vida incluya dar algo a la comunidad sin esperar nada a cambio. Dar tiempo y esfuerzo, no sólo dinero, refuerza tus conexiones con tu comunidad, te ofrece una prueba concreta de la eficacia de la acción deliberada, y te recuerda el poder inspirador de la determinación de la actividad humana.