Motivar a los demás es fácil cuando no te importa el tipo de acción qué puedas inspirar. Si deseas crear una respuesta positiva en los demás, lo haces con el ejemplo y a través del arte de la persuasión suave, no desafiándolos a que saquen su coraje a través de otras formas. Cuando trabajes con los demás, concéntrate en sus atributos positivos, no en las cosas que les disgusta o infunda miedo. Cuando te tomas el tiempo para conocer a tus compañeros, para aprender acerca de sus esperanzas, sueños y aspiraciones, sólo entonces podrás determinar lo que los motiva. Y de esa forma podrás mostrarles cómo se pueden alinear tus objetivos con los suyos para trabajar conjuntamente para el beneficio mutuo del grupo de trabajo. Cuando lo haces de esta forma todos ganan.