Quizás lo peor que pudiera sucederte sería haberte criado con pañales de seda. Cuando se nace con muchos privilegios, se priva uno mismo de uno de los mayores regalos de la vida: la oportunidad de alcanzar los niveles más altos del éxito en base solamente a tus propios esfuerzos y méritos. Cuando naces con más privaciones que privilegios, no resientes el hecho de que otros pudieran tener más ventajas que tú. La verdad es que la ventaja es tuya, con ella desarrollas la autoconfianza necesaria para enfrentar los desafíos de la vida en sus propios términos. Conforme avanzas en la vida, te ganas la fortaleza y el conocimiento necesario para obtener un éxito duradero, lo cual no se regala sino más bien se gana en base a tu propio esfuerzo.