El más grande inventor de América, Thomas Alva Edison tenía una extraordinaria percepción positiva de la vida que le ayudó a mejorar notablemente su capacidad como inventor. Cuando cualquier otro pudo haber abandonado fácilmente un proyecto que implicaba haber fracasado miles de veces en el intento de crear una lámpara eléctrica, el gran Edison simplemente aprendió de cada fallido experimento, preocupándose por eliminar las causas en cada fracaso hasta encontrar paulatinamente la solución hacia el objetivo deseado. Todos podemos aprender de esta perseverancia de Edison. Abundan historias de inventores que ante el fracaso recurrente prefirieron abandonar sus intentos, o, de mineros que en busca de oro y ante la imposibilidad de encontrarlo abandonaron sus excavaciones a tan solo unos cuantos metros de haberlo logrado si tan solo hubieran sido solo un poco más perseverantes. Hay pocos obstáculos en la vida que no sucumban ante la constancia, perseverancia sostenida y actitud positiva. Cuando te desmotivas después de un fracaso, recuerda los 10,000 fracasos que tuvo Edison antes de encontrar la solución de lo que sería un invento que cambió al mundo.