Al igual que el viento lleva a un buque hacia el este o hacia el oeste, la ley de la autosugestión te puede arrastrar hacia un lado bueno o hacia un lado malo, dependiendo de cómo orientes las “velas de tus pensamientos”. Si “crees” que estás derrotado, lo estarás. Y si “crees” que no, entonces no lo estarás. Y si te gusta ganar pero “crees” que no puedes, entonces es casi “seguro” que no ganarás.