En un momento de conflicto, una sugerencia o compromiso pueden salvar una relación amenazante de trabajo. Un empleado desmotivado se puede motivar de nuevo con sólo algunas palabras cuidadosamente seleccionadas para tal efecto. En situaciones como éstas, un buen administrador puede ver más allá de una situación inmediata y actuar en consecuencia para preservar un futuro beneficio. Sin embargo, si tu voz comunica tu propio miedo, coraje, o desesperación, entonces, esa emoción, y no la sabiduría que ofreces, será lo que otros recuerden. Aquellos que llegan a las posiciones encumbradas de cualquier organización han aprendido a controlar sus emociones. Cuando tienes una posición de liderazgo, otros más estarán al pendiente de las señales que envíes o transmitas. Debes aprender a administrarte y controlar todas las formas que tengas para transmitir mensajes a los demás si es que quieres inspirarlos y demostrar que te preocupas por todos los demás miembros de tu equipo de trabajo.