En el análisis final de tu existencia, lo único que realmente importa son tus acciones. Puedes hablar de ti mismo acerca de tus virtudes, logros y triunfos, pero lo que realmente cuenta es la manera en que los demás te midan por tus capacidades y acciones. Es cierto que las personas suelen ser indulgentes y pasan por alto fallos que hayas cometido de vez en cuando para cumplir tus promesas. Pero eso no te debe tranquilizar, cumple con lo que prometas a los demás, si es que esperas dejar por mucho tiempo una buena impresión en ellos de quien eres realmente. Convierte en hábito el demostrar tus capacidades en lugar de presumir esas cualidades. Rara vez vale la pena lograr algo sin contar con la ayuda de los demás, y nada se puede conseguir sin ejercer algún tipo de acción. El camino al fracaso y la desesperación está llena de sueños de todos aquellos que no actuaron o no quisieron actuar para hacerlos realidad.