Se ha dicho que no es jactancia cuando se demuestra que se pueden hacer las cosas. Esto puede ser cierto, pero un argumento mucho más convincente es hablar con tus propias acciones en vez de vanagloriarte inútilmente. Además, las buenas cosas que se digan sobre ti siempre tienen más peso cuando son dichas por alguien que no seas tu mismo. Cuando la vanidad te tiente a ser elocuente acerca de tus logros, detente, respira hondo y mejor pregúntale a los demás por sus logros personales.