Esta idea de comenzar desde abajo y escalar poco a poco la cima puede parecer segura, pero su mayor objeción es que la mayoría de las personas que empiezan por abajo nunca alzan la cabeza lo suficientemente como para que se las pueda ver, y así casi siempre se quedan en el fondo. Debe recordarse también que la “perspectiva” desde el fondo nunca es ni brillante ni estimulante. Tiende a matar toda ambición. La denominamos “enraizar”, porque significa que aceptamos nuestro destino en forma de diaria rutina, hábito que finalmente llega a ser tan fuerte que cesamos de intentar sacudírnoslo de encima. Y ésa es otra razón por la que siempre es necesario comenzar por dos o tres escalones superiores al fondo.