La única suerte en el mundo es la que creas tu mismo. Sólo en un casino las probabilidades son a favor de la casa. En la vida real, las posibilidades siempre favorecen a aquellos que utilizan su tiempo sabiamente para alcanzar sus objetivos de manera constructiva, para llenar cada día con la plenitud del trabajo honesto. La mala suerte acontece a aquellos que pierden tiempo y energía mental con la esperanza de esa gran oportunidad que los impulse a la grandeza. Todos tenemos las mismas veinticuatro horas a nuestra disposición cada día. La mayoría de nosotros pasamos ocho horas de trabajo y ocho horas de sueño. Lo que hagas con las restantes ocho horas tendrá una enorme influencia en el nivel de éxito que logres en tu vida.