La Biblia dice que cosechamos lo que sembramos. Los suelos más fértiles del mundo son estériles a menos que sembremos semillas, las cultivemos, y las nutramos. La relación entre el dar y recibir es constante en todo lo que haces en la vida. Para tener éxito en cualquier proyecto que emprendas, primero tienes que invertir una porción generosa de tu tiempo y talento para que obtengas el retorno de tu inversión con creces. Tienes que dar antes de recibir. Todo es cuestión de actitud. En ocasiones puedes sentirte decepcionado cuando no se te recompensan tus esfuerzos, pero si asumes la actitud de exigir el pago de tus servicios antes de llevarlo a cabo, entonces seguramente te llevarás una sorpresa de desilusión y frustración. Al contrario, si entusiastamente das lo mejor de ti antes de solicitar compensación alguna, con seguridad puedes esperar una cosecha abundante de grandes premios y recompensas que la vida tiene deparada para ti.