Los oficiales de policía que frecuentemente lidian con ladrones y defraudadores dicen sorprenderse de las pequeñas cantidades de dinero por la que llegan a perder su dignidad muchos de estos criminales. Algunas personas venden su integridad por una miseria. Para los individuos, el comportamiento deshonesto no es una ocurrencia ocasional es una forma de vida. Quienes incurren en pequeñas mentiras son iguales a quienes roban insignificancias porque ambos venden su integridad. Cuando miras hacia atrás tu camino recorrido, ¿puedes hacerlo con el orgullo de saber que siempre has sido honesto? Si no puedes, tal vez es hora de reflexionar y ver porque elegiste ese camino. ¿Por qué lo hiciste? ¿Valió la pena? ¿No hubiera sido mejor haber sido honesto y confiable en esas circunstancias? Aprende de tus errores y comprométete a que a partir de este día en adelante siempre serás honesto.