Cuando eres desidioso, siempre encuentras las excusas necesarias para no haber hecho lo que deberías hacer. Es mucho más fácil justificar razones de dificultad, dinero o exceso de consumo de tiempo que aceptar la idea de que se pueden lograr las cosas simplemente con disposición a trabajar lo suficientemente duro, lo suficientemente inteligente y con el suficiente tiempo. Si encuentras que frecuentemente inventas excusas que justifican tu inacción e indisposición para hacer las cosas y recurres a pretextos por la falta de resultados, entonces es el momento ideal para hacer un autoanálisis de tu realidad. Deja de dar explicaciones y empieza a actuar!