Nadie sabe realmente como vamos desarrollando el respeto a uno mismo, sin embargo, hay expertos que creen que esta cualidad se inicia a edad muy temprana. Los padres que les demuestran a sus hijos que los aman incondicionalmente, por el sólo hecho de ser quienes son, construyen el cimiento de un autorespeto saludable que sostendrá a los hijos por el resto de sus vidas. De este cimiento nace la estructura moral y ética conocida como carácter. El autorespeto saludable no debe confundirse con el egocentrismo. Un ególatra se ama a si mismo justificándose en razones de lo más superficial, mientras que la persona que practica el respeto a si mismo se enorgullece de las cualidades de carácter que él o ella han trabajado duro para desarrollarlo.