Alguna vez te has preguntado ¿por qué razón fácilmente pasamos por alto nuestros propios errores pero nos fijamos oportunamente en los errores de los demás? Es fácil ser objetivos cuando se trata de criticar a nuestros amigos, familiares, y compañeros de trabajo., pero es mucho más difícil ser honestos acerca de nuestras propias deficiencias y defectos. Únicamente cuando reconocemos que todos somos seres humanos, con las mismas fallas y fracasos, es cuando empezamos a desarrollar la maravillosa cualidad de la tolerancia, lo que a su vez nos permitirá aceptar a los demás como son sin pedir nada a cambio. Sustituir el hábito de buscar fallas por el hábito de buscar cosas buenas en los demás nunca es fácil. Pero cuando te conviertes en una persona que siempre ve lo bueno en vez de criticar, a partir de ese momento llegas a ser el tipo de amigo que todo mundo quiere tener.