Las emociones positivas y negativas no pueden ocupar la mente al mismo tiempo. Las unas o las otras han de dominar. En todo caso tu responsabilidad es asegurar el hecho de que las emociones positivas constituyan la influencia dominante en tu mente. Y es aquí en donde viene en tu ayuda la ley del hábito. Acostúmbrate a la aplicación y uso de las emociones positivas. Eventualmente dominarán tu mente tan por completo, que las negativas no podrán entrar en ella.